Esquema del capítulo
Imagínese caminando por una playa de la costa oriental de los Estados Unidos. El aire huele a sal marina y el sol calienta el cuerpo. De repente, aparece una alerta en su teléfono móvil. Una depresión tropical se ha convertido en huracán. La presión atmosférica ha caído casi un 15 % por debajo de la media. Como consecuencia, los meteorólogos esperan lluvias torrenciales, vientos de más de 100 mph y millones de dólares en daños. Mientras se prepara para evacuar, se pregunta: ¿Cómo un descenso tan pequeño de la presión puede provocar un cambio tan intenso en las condiciones meteorológicas?
La presión es un fenómeno físico que es responsable de mucho más que las condiciones meteorológicas. Los cambios de presión hacen que los oídos “se destapen” durante el despegue en un avión. Los cambios de presión también pueden hacer que los buceadores sufran un trastorno, a veces mortal, conocido como “síndrome de descompresión”, que se produce cuando el nitrógeno disuelto en el agua del cuerpo a profundidades extremas vuelve a un estado gaseoso en el cuerpo cuando el buceador sale a la superficie. La presión está en el centro del fenómeno llamado flotabilidad, que hace que los globos de aire caliente se eleven y los barcos floten. Antes de poder comprender plenamente el papel que desempeña la presión en estos fenómenos, debemos hablar de los estados de la materia y del concepto de densidad.